Crónica de la ciudad perdida de vascos

Visitamos el yacimiento islámico de Ciudad de Vascos

El yacimiento arqueológico de Ciudad de Vascos tiene ese atractivo que desprenden los lugares poco conocidos, en los que el efecto sorpresa de su descubrimiento y la posibilidad de poder pasearlo entre unos pocos curiosos, hacen de su visita una experiencia fascinante. Desde la carretera el acceso se muestra complicado: al tratarse de una finca privada el camino no está acondicionado. Pero incluso este obstáculo, que recorrimos montados en un antiguo vehículo del ejercito americano, hace más interesante la aventura.

Conocer lo que fue esta ciudad islámica del siglo X de la mano de un arqueólogo que trabaja entre sus ruinas significa tener el anfitrión perfecto de este viaje al pasado. Tras recorrer su muralla y los restos de lo que fueron sus barrios y mezquitas, nos despedimos desde lo alto de la alcazaba. Desde allí, admirando el río Uso , divagamos sobre los numerosos interrogantes que aún quedan por resolver de esta ciudad de corta vida.

Pero la Ciudad de Vascos no viene sola. Tras las ruinas andalusíes, nuestra próxima parada nos lleva a la prehistoria, algunos milenios atrás. El dolmen de Azután, uno de los mejores ejemplos de la cultura megalítica en la Península, nos transporta esta vez a la noche de los tiempos.

Tras la comida en Puente del Arzobispo, visitamos el centro de interpretación de la cerámica del mismo pueblo para conocer mejor el proceso artesanal del que es, sin duda, su producto estrella.

El día termina desde un paraje inigualable, en lo alto de la atalaya de Segurilla, con la ciudad de Talavera a nuestros pies.

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